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Siempre se asocia el gusto con las comidas y bebidas, pero la gente y la naturaleza también tienen sabores muy especiales que evocan momentos alegres.
¿Conoces el sabor de la nieve, de las gotas de lluvia, de una flor o de tu propio cuerpo?

El sentido del gusto forma parte del denominado sistema sensorial químico, aquel que es el vehículo de los estímulos producidos por las sustancias que entran en contacto con nuestro cuerpo, tanto provenientes del exterior, como generadas por el propio organismo. Además puedes aprovecharlo para descubrir el mundo y a ti misma, desde ángulos insospechados.

 

Mientras que tu vista y oído canalizan principalmente estímulos vibratorios, es decir la luz y los sonidos, y tu piel y músculos son más sensibles a los estímulos de tipo mecánico y térmico, todo aquello que saboreas consiste básicamente en moléculas y átomos que desencadenan emociones tan profundas, como te lo permitas.

Además de este aspecto fisiológico, nuestro sentido gustativo, al igual que el del olfato, tiene un gran potencial en el campo de la psique y de las emociones, posee un considerable poder evocador de recuerdos, situaciones, lugares, personas y todo tipo de experiencias, que muchas veces se remontan a nuestros primeros años de vida y habíamos olvidado.

 

-Teniendo en cuenta lo que acabais de leer. Identificaz tres situaciones en vuestra vida que se correspondan a cada uno de los sentidos del gusto que tenemos.

 

La magia del sabor

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